Las frases de la abuela

Las abuelas son aquellos seres semi-mágicos que, si somos lo suficientemente afortunados, siguen por ahí en nuestras vidas cuando uno ya está lo suficientemente grande para sentarte a platicar con ellas. Y eso fue exactamente lo que hice.

En México, las abuelas son sumamente importantes en la formación de les niñes. Son mujeres que se involucran, por distintas razones, en la dinámica familiar de sus hijes. En su mayoría, son mujeres que cocinan, tejen, separan los frijoles y te dan todo el amor que pueden disfrazado de alimento. Sin embargo, en mi caso no fue así. Yo recuerdo, desde que tengo memoria, escuchar hablar a mi abuela de política, arte y ciencia. Crecí con la imagen de una mujer fuerte, presente y sumamente capaz.

ensayo integrador

VIVIENDO LAS VENTAJAS DE MI VULVA

Hace un tiempo asistí a la conferencia de Alicia acerca de la vulva. Y quiero dedicarle esta entrada de blog a cómo este espacio ha impactado en mi vida desde que se llevó a cabo.

Llegué un poco tarde a la conferencia, no encontraba el lugar y estaba un poco confundida buscando el auditorio. En esas estaba, cuando escucho a lo lejos un vigoroso grito que claramente decía “CLÍTORIS”. Seguí aquel prometedor aullido de liberación y me encontré con un auditorio lleno de gente, mujeres en su mayoría, la cual tenía todo tipo de caras frente a lo que Alicia compartía. Algunes tenían cara de asombro, otres de que acababan de encontrar el santo grial, también había caras de euforia, etc. Pero todas las caras me parecieron contentas. Estábamos en lugar seguro aprendiendo de un tema sumamente nuestro, sumamente pertinente y sumamente ignorado.

La primera cosa que me pasó después del taller fue la siguiente. Salí tan movida, que necesitaba compartirle a alguien acerca de lo que acababa de aprender, por ejemplo, quería que el mundo supiera que yo tenía un órgano dedicado ÚNICAMENTE a mi placer. Me sentía un superhéroe. La primera persona que vi fue un hombre, recuerdo que pensé: “Perfecto, seguramente le encantará escuchar esto”. Sin embargo, para mi sorpresa, no fue así. Tal vez fue mi intensidad, mi emoción o que estaba hablando más rápido de lo normal. Pero me miraba confundido, no encontraba el punto de que yo estuviera compartiéndole esto. Después de un rato y después de pedirle apertura, pude lograr dialogar y establecer un ambiente chido de escucha y aprendizaje. A partir de esto, fui más cuidadosa con a quién decidía compartirle todo lo que podía hacer mi clítoris.

Otra cosa que me sucedió fue que esta conferencia despertó mi curiosidad. ¿Qué otra cosa no se? ¿De qué otra cosa me estoy perdiendo?. Empecé a leer y a informarme de las maneras en las que puedo GOZAR mi feminismo, lo cual, para mí, es vivir esta postura que he decidido tomar.

Como conclusión, creo que es fundamental asistir a este tipo de espacios y ser parte de una red en la cual se puede, de manera libre, apoyar y sentirme apoyada. Esta es una de las maneras de no sentirnos solas. Ese día me sentía más acompañada que nunca.

PÍA